martes, 29 de noviembre de 2016

Carril-bici: concurso de obstáculos

Ya he criticado repetidamente los carriles-bici pensados sólo para captar votos y, en consecuencia, diseñados muchas veces sin el más mínimo criterio para su uso.

Hoy vamos a ver una recopilación de obstáculos ubicados en carriles-bici que parecen indicar que sus promotores, más que fomentar la movilidad ciclista, pretenden solamente aumentar la cifra de kilómetros de itinerarios ciclistas realizados bajo su mandato.

Empezamos con un carril-bici "bien iluminado".



El siguiente es similar, pero más ecológico. Un carril-bici al que no le faltará sombra.


Foto del blog zamoraenverde

¿Los bolardos no eran para evitar que los coches invadan la acera? Parece que los bolardos también sirven para dificultar la movilidad ciclista.



Vamos con algo más curioso. Además de infraestructura (carriles bici),  la promoción de la movilidad ciclista necesita elementos de apoyo, como señalización específica, aparcabicis, iluminación adecuada, etc. El siguiente ejemplo es de Alcorcón (Madrid), donde el Ayuntamiento no olvida los aparcabicis, pero ¿colocarlos en medio del carril-bici? ¡Por Tutatis!


Foto: Alejandro Muñoz Cotter

Y terminamos con el anti-ejemplo de coordinación entre la movilidad ciclista y el transporte público. Está bien acercar la parada al carril bici ¿pero tanto?





miércoles, 23 de noviembre de 2016

Las glorietas gigantes no funcionan bien

Hay una cosa que parece que muchos ingenieros y urbanistas parecen no comprender: las glorietas gigantes no funcionan bien. Es un tema elemental de diámetro y velocidad:  a mayor diámetro de la glorieta, mayor velocidad de los coches que circulan por el anillo, lo que se traduce en mayor dificultad de encontrar hueco para los conductores que quieren acceder a la misma.

Desgraciadamente, cuando se superan los 80 m de diámetro, la prohibición de circular a más de 40 km/h en el anillo se convierte en una anécdota. Y eso, en condiciones de tráfico elevadas, conduce al atasco, aunque se esté lejos de alcanzar la capacidad de la glorieta.

Otro tema es la cantidad de espacio que consumen, generalmente poco accesible o inaccesible.

Ejemplo de libro: las glorietas de las salidas 16 y 17 de la A-1 hacia Alcobendas.


Son glorietas de 140 y 160 metros de diámetro interior respectivamente (la plaza de Las Ventas mide por fuera 120 m). En ellas, los coches circulan a 60 km/h, y claro, en hora punta, las posibilidades de acceder desde los ramales de entrada se ven muy reducidas. Las colas llegan cada mañana y cada tarde hasta el tronco de la A-1, trasladando el atasco a la autovía.

He comentado el hecho con responsables del Ministerio de Fomento y les he aconsejado, en aras de mejorar la fluidez del tráfico, implantar elementos reductores de velocidad (bandas sonoras, badenes...) en el anillo antes de las entradas. Parece ser que su normativa no lo permite (sólo pueden ponerlos en travesías). Mientras tanto, los atascos se repiten cada mañana.

Y sí, aunque suene raro, he dicho implantar reductores de velocidad para mejorar la fluidez del tráfico.

Pero si pensáis que estas glorietas son grandes, no os perdáis las siguientes.

San Chinarro (Madrid): 175 metros de diámetro interior.



Sabadell (Barcelona): 220  metros de diámetro interior.


Polígono Industrial de Escúzar (Granada): 240 metros de diámetro interior. En lo que parece ser un polígono industrial más abortado por la crisis.


Santa Marta de Tormes (Salamanca): 270 metros de diámetro interior.


Curiosamente, en esta glorieta situada en el final de la A-50, Ávila-Salamanca, dependiente del Ministerio de Fomento, sí se han colocado elementos reductores de velocidad (ver siguiente imagen), aunque me dicen que no para evitar atascos, que no debe haberlos en esta glorieta, sino para mejorar la seguridad ya que la velocidad excesiva de los vehículos que circulan por el anillo provocaba accidentes muy serios.



Y para terminar, lo que algunos consideran la madre de todas las glorietas, situada en Putrajaya (Malasia). Con forma elíptica, de semiejes de 800 y 1.200 metros, realmente no es un glorieta, aunque las entradas están reguladas por ceda el paso, pero no podía pasar la oportunidad de incluirla en esta entrada. 







miércoles, 16 de noviembre de 2016

¿Accesibilidad? Primero la cabeza

Hoy vamos a hacer un repaso a soluciones que, en principio, se han realizado para facilitar la accesibilidad universal pero a las que les ha faltado un hervor. Y es que, como para casi todo en esta vida, no viene mal pensar un poco antes de actuar. Empezamos con una rampa, elemento que facilita salvar desniveles a los viandantes con dificultades para utilizar las escaleras. No sólo usuarios de sillas de ruedas, también para quien empuja un carrito de bebés, un carro de la compra o simplemente a todo aquel que le resulte más cómodo que subir o bajar peldaños. La imagen habla por sí sola pero cabe preguntarse ¿qué narices pensó el responsable de este desaguisado cuando lo vio terminado?



Seguimos con las rampas. Dejando a un lado que la pendiente del siguiente ejemplo no cumple con ningún criterio de accesibilidad universal (hay que estar muy cachas para subir eso en silla de ruedas), y admitiendo que puede estar pensada para carritos de bebés (de papás y mamás fuertotes), carretillas de carga/descarga y similares ¿quién fue el lumbreras que puso la barandilla?



Ahora un ejemplo de buenas intenciones pero de ejecución chapucera. Ponemos una plaza para PMR. Hasta aquí todo plausible...



Pero mirad que acceso se ha dejado para llegar al aparcamiento. Sí, mejor esto que nada, pero ya está bien de pensar en la accesibilidad como actuaciones parches y no como un concepto integral ¿no?



Y para terminar un ejemplo atípico de una entidad, Metro de Madrid, que viene trabajando mucho y bien en favor de la accesibilidad universal de sus instalaciones y de su material móvil. La siguiente fotografía, tomada en la estación de Conde de Casal, muestra lo que parece ser un dispositivo para la apertura automática de puertas al detectar una silla de ruedas, algo muy de agradecer, sobre todo por lo que pesan estas puertas. ¡Un 10 para Metro de Madrid!


Foto: Jean Paul Gahete

Pero si alejamos un poco el foco ¿alguien ha pensado como va a bajar hasta ahí alguien en silla de ruedas?


Foto: Jean Paul Gahete



jueves, 10 de noviembre de 2016

Pasos contra peatones

Volvemos a un tema de mucho éxito en el blog los pasos, que más que "de peatones", son "contra peatones" porque antes que facilitar el cruce de los viandantes parece que quieren proponernos una carrera de obstáculos. Empezamos con un paso de peatones semaforizado, que a priori ofrece más seguridad, en el acceso a Montaña, barrio rural de Zaragoza. Pero se olvidaron de que los los pasos de peatones son, precisamente, para que pase la gente andando.



Foto: Carlos López Solano

Foto: Carlos López Solano

La siguiente es una prueba palpable de como, algunos técnicos municipales, anteponen conservar las plazas de aparcamiento a plantear pasos de peatones lógicos, seguros y accesibles. Se encuentra en Zamora. Sobran las palabras. Y el árbol, y la farola, y el banco... Eso sí, que no se nos ocurra desplazar unos metros el paso de peatones, porque nos obliga a cargarnos una plaza de aparcamiento, que si no son sagradas, poco les debe faltar.


Foto: blog zamoraenverde

Vamos con otra en la que no se han puesto de acuerdo el técnico que diseñó el rebaje de la acera y el que ubicó el paso de peatones. Cabe preguntarse qué fue primero, la gallina o el huevo, pero ¿tan difícil es coordinar estas cosas?



Y dejamos para el final uno de los caso más sorprendentes,  ubicado en México DF, en la Av. Presidente Masaryk: un paso de cebra para cruzar desde la acera hacia... ¿la calzada? Eso sí, el paso está elevado para embocarnos más fácilmente hacia los vehículos que vengan de frente.


Foto: Alberto Vascones.




miércoles, 2 de noviembre de 2016

Bolardos curiosos

Esta semana vamos a dejar de lado las críticas y volvemos a hacer un repaso sobre soluciones curiosas en el diseño urbano, en este caso sobre los bolardos. Sí, me refiero a esos chirimbolos odiosos que no hay manera de ver cuando aparcamos pero que generalmente se colocan para impedir que los coches invadan el espacio peatonal. Por algo será, ¿verdad?

Empezamos con los bolardo-pingüinos de Salamanca. Muy monos, sí señor, aunque Salamanca no se caracteriza por ser una de las ciudades más gélidas de España. Fijaos en el detalle de los pies pintados en el suelo.


Foto: Jorge Iglesias

Foto: Jorge Iglesias

Foto: Jorge Iglesias

En Tarragona ha cobrado cierta fama por la decoración de sus bolardos la calle Comte.



En Zaragoza, donde el viento sopla con fuerza, abrigan los bolardos con trajes de lana. Sí, ya sé que es el caso con el que inauguramos este blog, pero no me negaréis que merece un sitio en esta entrada.




Foto: José María (del blog "lo que veo en Zaragoza")

Y terminamos con los bolardo-muelles del aparcamiento del nuevo Hospital de Universitario de Burgos. No son especialmente bonitos pero su elasticidad hace pensar que pueden ser más amables con los parachoques cuando no los veamos al hacer una maniobra.




A los que me seguís y esperabais más leña al mono, solamente deciros que esta entrada ha sido un paréntesis y que la próxima entrada seguirá dando guerra.