viernes, 9 de junio de 2017

Toboganes Herodes S.A. (o cómo acabar con los niños)

En los últimos años se ha mejorado mucho el diseño de columpios y juegos infantiles de parques, plazas y jardines. Afortunadamente, cada vez quedan menos columpios 100% hierro dispuestos a abrirle una brecha o partirle un diente al primer niño que tenga un despiste. Ahora priman los materiales sintéticos con acabados redondeados, sin aristas, y, en definitiva, mejor pensados de cara a posibles accidentes infantiles.

Pero, a pesar de eso, sigue habiendo iluminados que convierten los columpios en trampas mortales. El principal problema suele ser la ubicación elegida, aunque sigue habiendo diseños que, por sí solos, constituyen un peligro.

Parece que estos Herodes modernos tienen predilección por los toboganes. Veamos unos ejemplos.

Empezamos con los toboganes suicidas. ¿De verdad el responsable no vio nada raro?



Seguro que pensáis que cosas así no se suelen repetir ¿verdad? ¡Error! los responsables de colocar toboganes deben haber formado una asociación donde intercambian ideas y experiencia. Aquí otro tobogán hacia la muerte.



Y otro más.



Después de estos toboganes que envían a los niños a un atropello casi seguro, los siguiente parecen de chiste, pero no: son barbaridades pensadas para escalabrar a las criaturas.



Este es para "valientes".



Pero volvamos a los toboganes homicidas. Como orientar toboganes contar la calzada deja la muerte del niño en manos del azar, en función de si pasa o no pasa un coche, alguno ha pensado en soluciones más contundentes: el tobogán con salto al vacío. Nótese que no se trata de una piscina vacía: ¡por debajo pasa una carretera!



Pero bueno, la caída anterior no asegura la muerte del niño. Así que alguno pensó: "demos otra vuelta de tuerca al desaguisado". La verdad es que es difícil de superar.



Para los que piensen que es un montaje, en la ampliación se ven los cables que anclan el artefacto a la azotea.



Después de esto, casi se echan de menos los columpios 100% hierro de mi infancia a los que hacía alusión al principio.



Y no quería cerrar esta entrada sin mencionar los toboganes de San Isidro, en Burgos. Unos toboganes que, sin caer en los despropósitos  anteriores, fueron mal diseñados y tuvieron que cerrarse a las 2 semanas de su inauguración, en 2016, al producirse en ese corto periodo de tiempo 3 accidentes de cierta gravedad (fracturas).


Foto: Jesús J. Matí­as

Tras corregir estos defectos fueron reabiertos casi 4 meses más tarde.


Foto: Jesús J. Matí­as








2 comentarios:

  1. Si no fuera porque se que eres un tío serio pensaría que estas fotos de toboganes infanticidas son un coña photoshop. No paro de flipar

    ResponderEliminar
  2. Estimado Goyo. Algunas de las imágenes son "pescadas" de Internet, así que es posible que me haya comido algún "fake". De hecho, he descartado más de una imagen por este motivo. Pero sé un poco de fotografía y, si sospecho de la veracidad de alguna foto, la analizo con cierta profundidad (luz, dirección y formación de las sombras, etc.), Aún así, es posible que se me haya colado alguna.

    ResponderEliminar